Monday, July 17, 2006

Carmiel, centro de la Galilea.



Sábado de noche.

Las últimas veintilargas horas las pasamos acá bajo fuego tupido en toda la Galilea. Un misil cayó en una placita a una cuadra de mi casa, a donde mi señora gusta salir a pasear con mi hijita pequeña. Hizo un agujero serio en la tierra y sus fragmentos volaron a decenas de metros: los agujeros marcados en las paredes y aleros de los edificios circundantes prueban lo dicho. Varios muertos, más de doscientos heridos, muchos miles de personas en pánico... muchos de ellos no tienen siquiera a dónde huir.
Entretanto, por lo que acabo de andar navegando, la prensa mundial está muy preocupada únicamente por las acciones del ejército israelí en el Líbano... por si no queda claro, Israel está una vez más no sólo sufriendo ésto en carne propia sino haciendo los deberes del mundo entero, de la ONU, y hasta del gobierno libanés que nunca se puso los pantalones respecto de los terroristas que tienen el control de buena parte de su país. Parece que todos estaban esperando que Israel no tenga más remedio que salir a defenderse -maldita la gracia que le hace a este país entero estar en esta situación demencial-, para acusar (¿dónde he oído ésto antes?) a los judíos de asesinato, genocidio, invasión de país soberano, y otro montón de desaciertos trágicos por su malignidad y alevosía.
Este es el momento en que las máscaras se caen a pedazos. Hombres de bien de un lado; los otros, del otro. El ruido de las bombas que resuena en mis oídos a cada rato no deja lugar a medias tintas. Cada hombre de bien debe esclarecer a todos los Simpson que tenga a su alcance. No hay excusa moral que soporte otra que dicha actitud. Y elevemos nuestra plegaria por que los jovencitos israelíes que una vez más tienen a su cargo el trabajo sucio del mundo todo triunfen y no caigan y no sean heridos, y eliminen muy pronto de la faz de la tierra todo rastro de esas bestias infames que sólo cultivan la muerte y la destrucción por todo credo.
siguiendo el consejo de la mejor conciencia, mañana voy a cruzar el país con ayuda del Creador para llevar a mi mujer y a mi hijita pequeña a donde todavía puede tener lugar algo parecido a una vida normal, aunque sea en calidad de "refugiadas"; y voy a volver a casa, para intentar dar apoyo a tanta gente cuya moral amenaza desmoronarse (¡y cómo no!). quedo como siempre a disposición de todos para cuanto pueda servir a la causa de los hombres buenos, a la causa de ese único cierto Shalóm posible que emerge de una plenitud de luz moral en la que el mal no tiene el más mínimo lugar ni la capacidad ni el derecho a subsistir.
quedo con vosotros,

daniEl