Se me dado conocer un artículo reciente (http://www.ynetnews.com/articles/0,7340,L-3319972,00.html) sobre su situación en Brasil. Este artículo que apareció en Ynet News, agencia anglófona de noticias israelíes, me insta en recordarles ciertos elementos que son muy importantes y los cuales siempre hay que mantener mente.
El primero, es siempre recomendable obtener un alto grado de auto-estima concerniente a su judeidad. Hoy por hoy, hay mucha inseguridad y desconfiada en la Ortodoxia Ashkenazí, situación que a veces es bastante incomoda, pero por desgracia esa es su realidad.
Segundo, el pueblo judío de nuestros tiempos no tiene el mismo grado de conocimiento como en la antigüedad, y por resultado no saben ni las cosas más elementales de cómo llevar una vida judía y mucho menos sienten la necesidad o responsabilidad de hacerlo.
Habiendo asimilado estos hechos, hago un llamado de reitero e insistencia al hecho que sirve para lo mismo un judío (Ashkenazi o Sefardí) que desacraliza el Shabbat en público (como la mayoría de que aquellos que veis en la Diaspora) que como el Sefaradí que se le ha educado en el cristianismo desde niño y por varias generaciones desde la Expulsión. Desde un punto de vista halákhico, los dos son se encuentran prácticamente en la misma situación.
Tanto el uno como el otro están en una situación de minut (apostasía), que solo puede ser enmendada con teshubáh, es decir, regreso a la practica de la ley judaica. Los dos – por lógica rabínica – son judíos, son israelitas kasher (calificados, propios) por virtud de ser hijos de madres judías, mas no necesariamente por sus acciones que son pesulim, descalificadas, y por ende no pueden asumir ciertas responsabilidades y obligaciones judaicas.
Lo que importa, y lo que debe importar ante todo, es que pasos quieren seguir uds. para remediar su situación.
Para vivir una judía, y para auto-estimarse como judíos primero que todo hay que asumir la responsabilidad a través de la práctica judaica, y tomar los pasos necesarios para aprenderla y ponerla en acción de acuerdo a lo transmitido por tradición.
No existe ninguna situación en la halakhá (ley judía) en que se le exija “conversión” (gerut) a una persona que ya es judía por maternidad. Hoy hay mucha gente que se hace pasar por erudita que gusta de traer duda en cuanto a la genealogía los Anusim luso-hispanos, mas sin embargo, cuando se analiza la situación genealógica de todos lo judíos en la diáspora, la mayoría de lo judíos terminan estando precisamente en la misma situación.
En la ley judía el único documento válido como prueba de judeidad es le ketubáh, el contrato de matrimonio efectuado ante dos testigos judíos kasher, es decir, que tienen que ser confiables como judíos observantes. Y solamente debe de ser requerido en caso de matrimonio, si es que la familia del novio o la novia le trae duda.
En el caso particular de los Ashkenazim, los judíos que originan oriente a los pirineos, desde el siglo XIX se ha suscitado una serie de eventos donde se ha truncado el seguimiento de tal genealogía. Comenzando con las herejías de los Ashkenazim, los llamados “Reformistas” y “Conservadores” , desaparece la posibilidad de tener testigos kasher entre ellos (con excepción de los “Ortodoxos”), y sin testigos kasher no existe la posibilidad de documentos válidos entre ellos, ya que las bodas efectuadas entre ellos no hay testigos válidos. Segundo, porque las persecuciones, expulsiones y exterminaciones que han sufrido desde entonces, este caos también ha truncado la posibilidad de exista tal documentación, esto también afectando a los mismos “Ortodoxos.” En este último ejemplo, también podemos incluir muchos Sefaradím y judíos árabes (mustarabím) que salieron de tierras árabes bajo las mismas condiciones.
Igual que los Anusim de tierra luso-hispanas, la única posibilidad que existe y queda para validar su judeidad es solo con la fuerza de su palabra, o lo que se llamaría en la ley judía, su hazaqá. Claro, también hay reglas para validar tal hazaqá, y las cuales tienen que ser respetadas. Se necesita ser muy experto, no sólo concerniente a las leyes de estatus judaico, pero también sobre la historia y genealogía de los Sefaradím luso-hispanos, cosas que nadie, absolutamente nadie – ni los rabinos de Sao Paulo, ni los de Israel o Timbaktú, ni los académicos, ni los embajadores del estado gentílico de Israel – reúnan todas la cualidades necesarias para operar tal empresa con autoridad. Así que uds. no le deben ninguna explicación a esta gente que padece de una serie de flatulencias mentales, y les imposibilita ejercitar un grado de humildad y estudio necesarios para llegar a las conclusiones correctas y respetuosas.
Concerniente a como ser aceptado por el mundo judío, eso es una respuesta que sólo es posible con la cooperación del mismo mundo judío. Mas sin embargo, para ser judíos en la practica, esta aceptación es innecesaria. Sépase que un mundo judío que vive en una situación de minut, y una Ortodoxia Ashkenazí – especialmente el rabbenut de Israel, que vive de las limosnas y a expensas de un estado fundado y operado con leyes gentílicas – no tiene el derecho de opinar o siquiera la más mínima autoridad moral para invalidar la hazaqá de los Sefaradim que tuvieron que vivir como católicos. Y este es el fondo de la realidad presente, quieran o no quieran aceptarla.
En cuanto a los embajadores que pretenden ayudar a los Anusim, primero uno tiene que observar ciertos factores que los llevara a la conclusión si sus fines son kasher o no lo son. Como ejemplo traigo a la agencia israelí Shavei Israel, liderada por Michael Freund, ex-funcionario del gobierno de Sharón.
Es bien sabido que la mayoría de los funcionarios del gobierno israelí no son kasher en cuanto a su practica judaica, esto no es ningún secreto y es común conocimiento público. Sépase que en la ley judía no se le confía al judío que es pasul ni quiera la producción de vino, ni siquiera sirve para testigo para una boda. ¿Cómo se le puede confiar a tal judío una agencia que sirve para volver a otros judíos kasher, si ni siquiera se le puede confiar otras cosas? Ahora bien, yo no conozco a Michael Freund, ni él me conoce a mí. Hasta que no haya confirmación visual o testimonial de que se comporta como judío kasher tanto en público como en privado, entonces no podemos confirmar si hay que confiarle o no tal empresa de “rescatar judíos perdidos.”
Mas sin embargo, deduciendo por sus acciones, tenemos que asumir cierta duda. Como ya ha sido reportado en la prensa internacional, aquellos que supuestamente han sido ayudados terminan ya sea viviendo en los territorios disputados en Israel, o como parte de su milicia. Incluso ante la queja pública de los ciudadanos israelíes y el mismo gobierno de India, no hay manera de que se avergüencen de sus acciones, ni nadie que se lo impida. Solo se impide por medio de la gente que no quiera cooperar con sus mentiras.
Segundo, porque esas agencias mienten al decir que están “retornando” judíos, cuando en realidad están haciendo conversiones, y cobrando por ello. Aquí mismo hay dos transgresiones muy fuertes; por un lado mienten, por otro lado están cobrando por un servicio que debe de ser gratis, y no beneficiarse monetariamente con la misswá. Solamente, hasta donde el escritor de estas líneas conoce, el que hace shekhitá (matarife) y el que opera milá (circuncisión) pueden cobrar por sus servicios.
En cuanto a ser públicos y dar entrevistas, téngase en cuenta que muchas de estas publicaciones – especialmente si reportados en periódicos con inclinaciones del nacionalismo israelí – sirven para que esas falsas agencias recauden dinero. Son propaganda sin escrúpulos propuestas por personas sin escrúpulos.
También téngase en cuenta que nadie debe de saber de su vida personal, salvo el Bet Din o gente clave en la comunidad que regulará su estatus y confirmará su hazaqá. Exponerse de tal manera en público no solo da pie a las criticas de personas ignorantes, si no que también dan munición a personas que no les quieren ayudar.
En cuanto a la autoridad en el judaísmo hoy en día, solo hay autoridad cuando hay conocimiento. Si no hay conocimiento, no hay, no existe, no puede existir autoridad. Con conocimiento, se le confía a los árbitros legales (rabinos) en administrar lo pertinente a decisiones para el funcionamiento de una comunidad y la armonía con el resto del pueblo de Israel y la humanidad entera.
Así mismo, si una persona que le ha afectado una enfermedad, se refleja su inteligencia y cordura al acudir a un médico, quien ha aprendido el lenguaje y la práctica de la medicina para mejorar nuestro cuerpo. Así como el médico, el rabino (árbitro legal), debe de estudiar, y con el estudio, examinar y finalmente dar la prescripción adecuada.
Hoy por hoy, el 99% de los rabinos de hoy no tienen el conocimiento histórico, genealógico, lingüístico, y a veces ni siquiera el legal, para determinar la situación de los Anusim luso-hispanos con la cordura y respeto necesarios.
Así mismo, si pudieran formar su propia comunidad, tal comunidad funcionando con todo lo necesario para ser o intentando ser kasher, esta comunidad llega a ser autónoma y libre para hacer sus propias decisiones, sin tener que darle explicaciones a nadie. En el judaísmo no hay papas, ni curas, ni vaticanos con aspiraciones y fueros centralistas y fascistas – el que haya gente que actúe de tal manera, eso es problema de ellos. Pero sin Sanedrín, no existe el fuero legal al cual todos estamos obligados, fuera de la tradición aceptada.
Lo que significa esto, es que ni los rabinatos de Israel, ni los rabinatos de Nueva York tienen jurisdicción uno sobre el otro, ni una comunidad tiene jurisdicción sobre otra. Nadie tiene la jurisdicción, salvo la ley y el conjunto de judíos que la interpreta y que deciden en comunidad de llevarla acabo en común acuerdo. Y así, comunidad entre comunidad, actuando con el debido respeto y distancia, no pueden invalidar a otra sin motivo alguno, y son mutuamente validas entre sí – pero también pueden ignorarse unas a otras, si así lo desean.
Con estas palabras termino estos elementos, que sin embrago distan de profundidad, y a los cuales debemos de dedicar estudio para llegar a obtener un mejor entendimiento.
La gente sincera y desinteresada que quiere ayudar a nuestros hermanos ya les han indicado donde y como obtener tal conocimiento, sin acudir a terceras personas que actúan solo con su ignorancia, miedo o incurable xenofobia.
Sin mas por el momento, hazaqa barukh, y les deseo éxito en su empresa, que sin duda saldrá adelante, porque como recomiendan los sabios, los profetas y el Santo Bendito, mientras la Toráh prevalezca, prevalecerán.
Quedo a su servicio,
David Ramírez Guerra y Neri