El directivo del Yad Vashem de Jerusalén ofreció ayer en Oviedo una charla orientada a formar a profesores sobre la historia del Holocausto
Oviedo, Javier NEIRA Representantes del Museo de Holocausto de Jerusalén -Yad Vashem en hebreo-, que recibirá el premio «Príncipe de Asturias» de la Concordia el próximo viernes en Oviedo, empezaron a llegar ayer a Asturias. Entre ellos, Mario Sinay, director del departamento de habla hispana de la Escuela Internacional de Estudios del Holocausto, y Perla Hazan, directora de la sección iberoamericana del museo. Sinay ofreció por la tarde, en el auditorio Príncipe Felipe de Oviedo, una conferencia dentro de unas jornadas sobre el holocausto, organizadas por Encuentro, asociación de amistad con el pueblo judío que preside el asturiano José Antonio García Muñiz. Los jornadas incluyen una exposición sobre los Justos entre las Naciones -los 21.700 gentiles que ayudaron a los judíos en el holocausto aun a costa de sus vidas-, la proyección de una película sobre el tránsito en Alemania de la democracia a la política de exterminio racista y la muestra de fotografías de Yad Vashem. Sinay fue presentado por el consejero de Educación y Ciencia del Principado, José Luis Iglesias Riopedre, que destacó en el contexto de las jornadas la importancia de la nueva asignatura de Educación para la Ciudadanía.
El representante del Museo del Holocausto indicó a LA NUEVA ESPAÑA que «en Yad Vashem estamos muy orgullos con el premio. Ahora debemos colaborar en todo lo que España quiere hacer hasta 2010. En una visita anterior a Madrid me presentaron el proyecto de ingreso en la ESO del conocimiento del holocausto hasta el año 2010. Estamos haciendo programas de capacitación de maestros españoles de una semana. Creemos en el estudio sistemático del holocausto para enseñarlo. La verdad es que fue impresionante el impacto del premio, fue muy grande. No teníamos conciencia de la magnitud de estos premios, y eso que no son los primeros que recibe alguien de Israel. Todo Yad Vashem está convocado estos días en España. Yad Vashem es el museo más importante del mundo como monumento a las víctimas del holocausto. Es un complejo, además, de la parte específica del museo. Cuenta, por ejemplo, con la Escuela Internacional para el Estudio del Holocausto, muy importante, porque nos interesa llegar al mundo no judío». Mario Sinay cree que «no basta un seminario para cuarenta maestros. Buscamos maestros de maestros que nos ayuden a enseñar». Considera que, por ejemplo, «hay muchos programas de televisión buenos, aunque no todos, pero creemos en una enseñanza sistemática, que arranque con los niños de corta edad, a los que hay que saber explicarles los hechos. Algunas películas sobre el holocausto nos hacen daño, con jóvenes abiertos a actos muy violentos que hacen daño».
En la pedagogía de Yad Vashem, añade, «se piensa que la gente de corta edad, de las escuelas primarias, debe conocer la historia del holocausto a través de cuentos de niños que sobrevivieron al genocidio escondidos en los campos o en los guetos. Todo depende de la edad. Estoy presentando en Oviedo a un grupo de profesores los materiales que tenemos y las formas de enseñanza que nos parecen más adecuadas». «En el mundo», comenta Sinay, «tras el Holocausto hubo varios genocidios, así que puede repetirse. No hay suficientes sociedades democráticas fuertes en el mundo que impidan que esto vuelva a ocurrir. Dos democracias jamás han combatido, pero somos minoritarios los pueblos que vivimos en democracia. Darfur y otros ejemplos de genocidios hoy en día son muy ilustrativos, pero no hay conciencia suficiente, y ahí están los ejemplos antes y después del holocausto, al menos diez casos graves y serios, así que la humanidad no está curada aún del mal del genocidio».