Thursday, January 08, 2009

Jana Beris

Porisrael.org Dori Lustron
 

En Cisjordania, una realidad diferente

Jana Beris 
Para LA NACION
 Jueves 8 de enero de 2009

 En el territorio gobernado por Al-Fatah, rival de Hamas, se logró controlar al extremismo

 

JERUSALEN.- Hace algunos días, desde Damasco, el jefe del Departamento Político de Hamas, Khaled Mashaal, exhortó a los palestinos a "lanzar la tercera intifada" para protestar "contra la agresión israelí en Gaza". El llamado estaba dirigido especialmente a los habitantes de Cisjordania, que ven la guerra por televisión. La intifada no estalló. 
En la plaza Manara, en Ramallah, cientos de personas se reunieron para protestar y condenar a Israel, pero no era una multitud como las conocidas en otros tiempos. Los cafés que rodean la plaza no cerraron sus puertas y nadie se declaró en huelga. En Nablus, al norte de Cisjordania, en la manifestación organizada se procuró criticar a Israel y hablar de la unidad palestina sin entrar en detalles. 
No es que súbitamente la población palestina de Cisjordania simpatice con Israel, sino que confluyeron otros elementos relacionados con la interna palestina: la abierta hostilidad y enemistad entre Hamas y la Autoridad Nacional Palestina (ANP), bajo la dirección de Al-Fatah, y la fuerte represión a Hamas por parte de las fuerzas de seguridad de la ANP e Israel.
 
En general, el palestino de Cisjordania mira sin duda con ira los noticieros y critica a Israel. Pero están también aquellos que dirigen un dedo acusador a Hamas por no haber reanudado la tahdia (calma) que expiró el 19 de diciembre pasado. "Acá espero que esté todo tranquilo, que las cosas sigan mejorando como hasta ahora", decía telefónicamente a LA NACION, hace pocas semanas, Adib Hadwe un palestino cristiano de Bet Jallah. "Lo que preocupa es la situación en Gaza, que puede estallar", añadió, en un vaticinio que finalmente se cumplió.
 
Los grupos radicales en Cisjordania -Hamas y Jihad Islámica principalmente- no han desaparecido, pero están bajo control. En la ANP nadie quiere arriesgarse a que Hamas intente allí lo que logró en junio de 2007 en Gaza, donde tomó el poder por la fuerza. 
En la situación actual, la ANP, con sede en Ramallah, no podría volver a Gaza sin ser acusada de "traidora" y "colaboradora con Israel". Pero ello no quita que nadie en la Mukata (palacio de gobierno) esté lamentando hoy el devastador ataque que recibe Hamas. 
"Nadie llora en Ramallah" fue el título de una nota de The Jerusalem Post , que consignaba la indiferencia que causó la muerte de Nizar Rayyan, uno de los líderes de Hamas. Cuentan los palestinos que Rayyan había sido quien encabezó a los hombres armados de Hamas que tomaron control de las instalaciones de seguridad de la ANP en Gaza. Meses después, Rayyan amenazó al presidente palestino, Mahmoud Abbas, cuando anunció que "pronto" oraría en la Mukata, en lo que fue interpretado como una advertencia sobre una toma del poder también en Cisjordania.
 
Esta división profunda entre Hamas y Al-Fatah no desapareció durante el ataque israelí a Gaza, a pesar de que Abbas condenó duramente a Israel y pidió la protección internacional para los palestinos. 
Lo que existe entre Al-Fatah y Hamas es más que un conflicto político y de poder. Se trata de formas de vida diferentes: una mentalidad conservadora y más religiosa en la Franja y otra más abierta en Cisjordania. También realidades distintas en los últimos años. Una economía estable en Cisjordania y el continuo deterioro y crisis en Gaza. A pesar de eso, los palestinos dicen que conforman "un solo pueblo" y que la división geográfica no significa que puedan vivir separados. No obstante, la realidad ha mostrado que en los últimos tiempos ya lo hacen.