El mandamiento por excelencia mediante el cual el hijo de Israel se santifica y santifica el nombre de D's, es la observancia del Shabat.
No basta recordar el Shabat a título de día de reposo, sino con el objetivo de santificarlo; como versa: "Guardaréis el Shabat, pues es cosa santa para vosotros". Este verso nos enseña que al observar el Shabat y al santificarlo, el Shabat aumenta santidad a Israel.
Los hijos de Israel sólo merecieron recibir la Tora una vez que se santificaron de antemano con la observancia del Shabat, como lo explica el Rabino Jaim Luzato, pues antes de trasmitirles la Tora, quiso el Creador santificar sus almas mediante el Shabat y prepararles para ser aptos de captar la Tora.
Acaso hay menester de hacer resaltar la importancia de Shabat si tenemos presente el hecho histórico que como dijeron nuestros Sabios: más que Israel guardó el Shabat, el Shabat les guardó y les protegió.
No sabemos acaso que durante todos los períodos de nuestra existencia fue observado el Shabat al espíritu y a la letra, sin que nadie se permitiera de renegar su santidad o de profanarla. Aún gobiernos respetaron la guardia del Shabat por medio de los judíos. Países civilizados como Holanda, exentaban a los judíos del servicio militar en Shabat. En Salónica, el puerto estaba cerrado en Shabat, etc. ¿Cómo concebir por consiguiente, que la Tierra de Israel no sea un modelo de observancia de Shabat y de devoción para nuestros hermanos de la Diáspora que aspiran a subir a Tierra Santa y a elevarse en ella?
Pero desgraciadamente, un gran error cometieron los que establecieron en nuestro país las mismas bases laicas copiadas de las demás naciones, sin tener en cuenta el carácter de santidad especial del pueblo judío y en particular del Shabat y, mucho duele y sorprende a nuestros hermanos de la Diáspora presenciar que, salvo ciertas ciudades y lugares modelos en nuestro país, en general no se siente el Shabat en las calles, en las playas, en lugares públicos, etc.
La cuestión de Shabat debe estar al orden del día y debe preocupar a los dirigentes de nuestra nación, pues si no se guarda el Shabat no existe judaísmo y si no hay judaísmo, no puede seguir la existencia de los judíos, aún en su hogar nacional.
Con letras de fuego debemos grabar en nuestro corazón las palabras del profeta Jeremías que se expresa con palabras durísimas sobre la profanación del Shabat: “…y si no van a escucharme para santificar el Shabat, sin llevar cargas y entrar en los pórticos de Jerusalem en el día de Shabat, entonces pondré fuego a sus portones y se consumirán los palacios de Jerusalem, no se apagaran.” (Yirmiyahu 17/27)
Tenemos la obligación de compenetrarnos de las leyes de Shabat para su práctica y de hacer sentir a nuestros hermanos su importancia para atraerles a observarlo.
Así haremos retornar el Shabat a su santidad, pues como dicen nuestros Sabios Kabalistas: El Shabat es la raíz de toda Kedusha y la luz de esta Kedusha va a acompañarnos en todas nuestras acciones todos los días de la semana. Entonces seremos colmados por las delicias de Ds y seremos enaltecidos para gozar de todo el bien de la herencia de Yaacob Avinu pues la boca de D's habló: “Si por amor al Sábado te abstuvieras de caminar, de atender tus asuntos en mi santo día, y llamares al Sábado día de delicias, consagrado a la gloria del Señor, y lo honrares suprimiendo tus caminatas en procura de ocupación, ni apalabrares convenio alguno, entonces tendrás tus delicias en el Señor y Yo te elevaré sobre las terrenas alturas y te alimentaré con la herencia de Yaakov tu padre, pues así fue prometido por la boca del Señor" (Yechaya 58/13-14)
Amén.
EL SHABAT, ESPEJO DEL NIVEL ESPIRITUAL DE ISRAEL
Una joya preciosa fue entregada a Israel desde los primeros días del nacimiento de la nación, y esta joya es Shabat.
Israel recibió esta joya y la conservó en el fondo de su corazón para siempre. Desde entonces el Shabat sirve de espejo que refleja el estado de alma del pueblo. Si queremos conocer el nivel espiritual del pueblo, basta observar de qué forma es valorizado el Shabat por él, siendo que Israel y el Shabat son aliados cuya unión nunca podrá deshacerse.
Se deduce que si fuéramos a averiguar el estado del pueblo, ante todo se debe controlar si sus relaciones con la guardia del Shabat son sinceras.
Como dicen nuestros Sabios, el Maná divina que recibían diariamente los hijos de Israel en el desierto para su nutrición ofrecía toda clase de sabores deliciosos. Similarmente, podemos decir concerniente al regalo del Shabat que fue atribuido al pueblo para su mantenimiento espiritual y nutrió el alma de la nación durante siglos. Así, durante generaciones el Shabat ofreció al alma judía toda ciase de sabores espirituales y morales.
Más que nunca hoy en día, necesitamos recobrar de urgencia el espíritu de la observancia del Shabat que representa libertad del cuerpo y libertad del alma. Es pecado que no gocemos de esta libertad verdadera, ya que la mayor parte del pueblo dio espalda a esta linda vida que emana del espíritu del Shabat y vive vida sin control y sin Patrón.
Aquellos que proclaman a voz alta a cada momento que la libertad es su ideal y su objetivo, si no centran su vida en el tesoro espiritual del Shabat, siempre serán esclavos de su trabajo, de sus actividades, de las convenciones mundanas, de sus placeres profanos, de sus pasiones, del materialismo que acabará por destruir su personalidad.
Muy raros en nuestra generación, son los que se dan cuenta a qué grado deterioró el pueblo en su gran mayoría, inclinándose al ídolo del materialismo, sin el freno moral y religioso.
Sólo el espíritu de Shabat es capaz de salvarlos de este camino errado si bajan su cabeza y en lugar de dar crédito a su inteligencia, a su pobre comprensión humana y a su poder material, están dispuestos a inclinarse ante el dictado superior de la fe judía. Entonces gozarán del mundo venidero que es un Shabat eterno y un reposo perpetuo.
Extraido del libro "El Shabat y su santidad" del Rav Nissin Behar z"l